Como fotógrafo, pocos eventos encapsulan la emoción y el esfuerzo del atletismo como el XV Mitin Santa Cruz de Tenerife, una cita imprescindible para los amantes del deporte. Este evento no solo reúne a algunos de los mejores atletas, sino que también simboliza el espíritu de superación y pasión por la competición. Para mí, cada edición es una oportunidad única para capturar la esencia del atletismo en su máxima expresión, inmortalizando momentos que combinan esfuerzo, concentración y gloria.
Desde los primeros instantes, cuando los deportistas calientan y se concentran en la pista, la expectación es palpable. El estadio se llena de energía mientras los asistentes observan con admiración y emoción. Entrenadores atentos, familias entusiastas y seguidores incondicionales del atletismo crean un ambiente vibrante donde cada prueba se vive con intensidad. La mezcla de jóvenes promesas y atletas experimentados añade una dimensión especial al evento, donde cada carrera, cada salto y cada lanzamiento son una oportunidad para dejar huella.
Para mí, como fotógrafo, el reto está en captar la combinación de tensión y emoción en cada imagen. La velocidad explosiva de los corredores al salir de los bloques, la elegancia de los saltadores en pleno vuelo, la fuerza de los lanzadores al liberar el implemento y la resistencia de los fondistas en los últimos metros ofrecen escenas llenas de dramatismo y belleza. Son las expresiones de esfuerzo y determinación en los rostros de los atletas las que convierten cada instantánea en un reflejo del espíritu de esta competición.
Uno de los mayores desafíos de fotografiar un evento de esta magnitud es capturar el movimiento con toda su intensidad. La potencia de los músculos en acción, la velocidad plasmada en una imagen y la precisión de cada gesto técnico son elementos que intento resaltar en mis fotografías. Pero lo que hace especial al Mitin Santa Cruz de Tenerife es la atmósfera que lo rodea: el sonido de los aplausos, el murmullo de la multitud, la tensión antes de cada disparo de salida y la explosión de júbilo cuando un atleta supera sus límites.
El entorno del estadio también contribuye a la magia del evento. La pista rojiza contrastando con el azul del cielo, los colores vibrantes de los uniformes destacando entre el público y las gotas de sudor reflejando el esfuerzo máximo de los competidores crean una estética visual única. Esos pequeños detalles, que pueden pasar desapercibidos para muchos, son los que busco capturar en cada fotografía para que, al verlas, se pueda revivir la emoción del momento.
Más allá del espectáculo deportivo, el Mitin Santa Cruz de Tenerife se distingue por su espíritu de comunidad y compañerismo. Aquí, cada atleta, sin importar su procedencia o nivel, encuentra un espacio donde es celebrado y reconocido. Los gestos de deportividad, los abrazos tras una marca personal y el apoyo incondicional entre competidores hacen que este evento sea mucho más que una simple competición.
Cuando llega el final de la jornada y los últimos atletas cruzan la meta, se siente una mezcla de cansancio, satisfacción y emoción. El público aplaude con admiración, los entrenadores felicitan a sus pupilos y los atletas, aún con la adrenalina en el cuerpo, disfrutan del momento. Más allá de los récords y las marcas, el XV Mitin Santa Cruz de Tenerife deja una huella imborrable en todos los que forman parte de él, recordándonos que el atletismo es un deporte de pasión, sacrificio y comunidad.
Y así, con la mirada puesta en la próxima edición, Santa Cruz de Tenerife se despide de otro mitin inolvidable, una jornada donde el deporte volvió a demostrar su capacidad para emocionar, inspirar y unir a quienes lo aman.
