Como fotógrafo, pocos eventos reflejan la pasión por el atletismo como el XVI Mitin Santa Cruz de Tenerife, celebrado en una jornada llena de emoción y excelencia deportiva. Esta competición no es solo una exhibición de talento, sino un encuentro en el que el esfuerzo, la superación y la camaradería se entrelazan en cada prueba. Para mí, capturar la intensidad de cada momento es un reto y un privilegio, pues cada imagen cuenta la historia de los atletas que dejan su alma en la pista.
Desde el inicio, cuando los deportistas se preparan para sus respectivas pruebas, el ambiente es electrizante. El estadio cobra vida con los ecos de las pisadas sobre la pista, las miradas de concentración y la expectación del público. Entre los asistentes se encuentran entrenadores atentos, familias que apoyan con fervor y entusiastas del atletismo que vibran con cada marca superada. La diversidad de los participantes, desde jóvenes promesas hasta atletas consagrados, crea una dinámica única en la que cada competición se convierte en un espectáculo de pura entrega.
Para mí, como fotógrafo, la clave está en captar esa mezcla de emoción y tensión. La explosividad de la salida en las pruebas de velocidad, la elegancia en los saltos, la potencia de los lanzamientos y la resistencia en las carreras de fondo ofrecen una infinidad de instantes que merecen ser inmortalizados. Son los rostros de los atletas, marcados por la determinación y el sacrificio, los que convierten cada imagen en un reflejo del espíritu de este mitin.
El desafío en un evento de este nivel es capturar el movimiento de una forma que transmita la intensidad del momento. En cada prueba, los cuerpos en acción, los músculos tensos y la velocidad se convierten en protagonistas. Pero lo que hace especial al Mitin Santa Cruz de Tenerife es la combinación de este dinamismo con la atmósfera única del estadio, donde las luces iluminan la pista y cada zancada resuena como una declaración de esfuerzo y pasión.
El entorno también juega un papel fundamental. La pista rojiza contrasta con el azul del cielo, los colores vibrantes de los uniformes destacan entre la multitud y el sudor en la piel de los atletas refleja la exigencia de cada prueba. Esos detalles, que a simple vista pueden pasar desapercibidos, son los que busco a través del objetivo para que cada fotografía no solo documente el evento, sino que transmita la esencia de la competición.
Lo que realmente define al Mitin Santa Cruz de Tenerife es el espíritu de superación y comunidad que se respira en cada rincón del estadio. Más allá de los resultados, este evento es un punto de encuentro donde el atletismo se vive con pasión y donde cada participante, sin importar su categoría, recibe el reconocimiento que merece. Desde los abrazos tras una marca personal hasta los gestos de deportividad entre rivales, cada instante refleja la grandeza del deporte.
A medida que cae la tarde y se celebran las últimas pruebas, el ambiente se llena de una mezcla de satisfacción y nostalgia. Los aplausos del público, las emociones contenidas y las sonrisas de los atletas tras cruzar la meta son el broche perfecto para un día inolvidable. Más que una serie de resultados, el Mitin Santa Cruz de Tenerife deja huella en cada persona que forma parte de él, recordándonos que el atletismo es mucho más que una competición: es pasión, esfuerzo y comunidad.
Y así, con la promesa de volver en la próxima edición, Santa Cruz de Tenerife despide su mitin con la certeza de haber sido testigo de momentos inolvidables, de hazañas que inspiran y de una jornada donde el deporte volvió a demostrar su poder para unir y emocionar.
